Esta pieza se caracteriza
por tener un conflicto aparentemente claro. Pudo escribirla tanto Ibsen como
Strindberg puesto que la misma está llena de simbolismos, pequeños guiños para
el espectador, siendo obsequios del autor que son una suerte de pistas para
nada predecibles por supuesto. Por un lado, está Ibsen rompiendo con todo lo
que se creía: la mujer, el ideal de la familia, el rol del hombre, lo
prohibido, la mentira. Sin embargo consideramos que la película apunta más al
estilo de Strindberg, podemos relacionar su personalidad ya que él se sintió atacado
y perseguido por el feminismo, notándose esto en la manera en que el personaje
principal juega un papel clave donde deja claro la astucia e inteligencia de la
que es dotada la mujer para llevar a cabo el asesinato sin levantar ninguna sospecha,
usando su rol de fémina como ventaja para ganar.
Además la mentira vital nace
del odio, o venganza aunque no sepamos con exactitud, Amy que es la causante
del conflicto es obsesiva, inteligente y perversa. La película tiene ese factor
misterio de Strindberg puesto que solo tenemos pequeñas pero importantes pistas
que te guían, o eso parece, a lo largo de la historia, lo que te hace dudar
hasta el final de los personajes, no sabes qué argumentos son reales ni quién dice
la verdad; y claro, el desenlace siempre es una maravillosa, o tortuosa,
sorpresa para el lector/ espectador.